Procura TICSA sostenibilidad hídrica: ECOMONDO México 2023
En el marco de ECOMONDO México 2023, Greentology conversó con Carlos Manzano, Gerente de Nuevos Negocios para TICSA, para ahondar en la materia de sostenibilidad hídrica para industrias, gobiernos, comercios y la población
El consumo responsable de los recursos naturales debe ser hoy prioridad para empresas y gobiernos de todo el mundo (y también para la población en general) si se pretende hacer frente a los estragos que actualmente son resultado del Cambio Climático, producto de la actividad humana, primordialmente.
En consecuencia, el cuidado del agua, su tratamiento y gestión por parte del sector público y privado cobra la mayor relevancia; en función de asegurar el abastecimiento del vital líquido para el consumo humano, además de procurar este recurso que los distintos sectores económicos necesitan para sus procesos cotidianos.
Por su parte, la empresa TICSA de Grupo EPM lleva cerca de cuatro décadas ofreciendo soluciones integrales y sostenibles de tratamiento y provisión de agua en México; logrando una notable participación con empresas y autoridades locales en el diseño e implementación de sistemas de gestión hídrica.
En el marco de ECOMONDO México 2023, Greentology conversó con Carlos Manzano, Gerente de Nuevos Negocios para TICSA, para ahondar en la materia de sostenibilidad hídrica para industrias, gobiernos, comercios y la población.
“El agua sí es un recurso renovable, pero necesita una gestión adecuada. Su acceso está limitado, pues su disponibilidad en las condiciones idóneas para el consumo humano limitadas. Aunque tres cuartas partes del mundo es agua, mayormente hablamos de agua salada y, solo una pequeña fracción es agua dulce. Y de esa pequeña fracción, hay una gran cantidad que ya se encuentra contaminada.
El agua es la base de casi todos los procesos o de una gran cantidad de procesos industriales. Es la base para todas las actividades de la agricultura, hablando del campo; y además, es la base de la vida y de la sostenibilidad para los seres humanos. Se necesita tener una visión completa, digamos, de una gestión integral del recurso para integrar a todos los actores”.
Carlos Manzano advierte que, en México ya hay regiones en donde se experimenta un estrés hídrico, con repercusiones graves para la ciudadanía. Claro ejemplo es el Estado de Nuevo León, en donde recientemente se dio un percance en el suministro del recurso.
“En México, realmente estamos sufriendo una escasez. Hay una publicación que se actualiza con regularidad, que es el Atlas de Agua en México, de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), y en esas estadísticas aparece cuál es el estrés hídrico por cada uno de los estados; es decir, cuánta agua le queda a cada una de las regiones.
Se puede observar que hay lugares donde prácticamente no queda agua, o la disponible está, está contaminada. Aconteció el año pasado en Monterrey, donde hubo un punto en el que nadie tenía agua, y cualquiera estaba dispuesto a pagar lo que fuera por hacerse del recurso. Para esa clase de situación se está dirigiendo la problemática, sobre todo en la zona norte del país, si no se hace un manejo adecuado del agua ya”.
Asimismo, Carlos Manzano afirma que, la Ciudad de México puede experimentar lo mismo, ya que el agua que distribuye, la importa de distintas cuencas de diferentes estados para proveer agua a los citadinos.
Retos para desarrollar una sustentabilidad hídrica en México
De acuerdo con el directivo de TICSA, el 80% del agua en el país se consume en el sector agrícola. Así, las principales acciones a emprender tendrían que iniciarse en el campo, con una adecuada tecnificación en el manejo del recurso hídrico; con apoyos al agricultor, con nueva infraestructura o con renovaciones a la ya existente, lo que sin duda tendría un impacto enorme, mucho más que las campañas de ‘cuidemos el agua’.
“Hablamos de que, la solución tiene que venir desde un punto institucional, desde un punto de vista gubernamental y desde un punto de vista del sector privado, evidentemente; a través de un manejo adecuado de los recursos, del cumplimiento de la normativa del tratamiento del agua, de no contaminar las fuentes, como lo es una actividad industrial no regulada, que todavía sucede mucho. Y desde el punto de vista interno, haciendo un uso eficiente del agua desde nuestras casas; aunque las ciudades no representan más del 15% del consumo de agua”:
Por otra parte, el sector industrial tiene que buscar agua no de primer uso, sino de segundo uso. Carlos Manzano explica que, el agua de primer uso va para la población, y el agua tratada debe de ser la fuente primaria de las industrias para sus tratamientos; excepto en cuestiones de consumo directo, pues no es permitido hacer productos alimenticios con agua tratada, por ejemplo.
Y también se tiene la práctica del reúso del agua, una vez que las empresas y gobiernos ya han reducido sus consumos; pues antes de pensar en la reutilización del agua, se deben atender las fugas, y en invertir tiempo y dinero para lograr una mayor eficiencia en los consumos hídricos. En este ámbito, Manzano Enciso comparte las implementaciones que se realizan vía TICSA.
“Al ser una empresa de tratamiento, tomamos el agua que está contaminada, la transformamos en agua limpia, de cualquier nivel y calidad que se requiera, para cualquier aplicación que se necesite; y entonces puedes tener muchos niveles de calidad de agua para muchos niveles de reúso.
Un reúso típico, por ejemplo, se observa en el riego de camellones, donde están estas pipas que dicen ‘agua tratada’. Ese es un reúso clásico del agua tratada sanitaria municipal. Otro reúso puede ser el tratamiento de agua de una ciudad para su utilización en procesos productivos; esto último lo estamos haciendo actualmente con Pemex. Hoy, Petróleos Mexicanos utiliza agua de segundo uso tratada por TICSA, de una calidad ultrapura, para la producción de vapor en su refinería”.
Carlos Manzano señala que, se tienen otros reúsos en las ciudades, en donde incluso se habla de dos líneas diferentes de agua, una para el agua potable y otra de alimentación sanitaria. Así, el agua destinada al sanitario de los hogares bien puede ser agua de reúso, agua tratada de alta calidad para desalojar los desechos humanos. Con una adecuada gestión del agua, ya se habla de edificios LED y de toda una serie de certificaciones que existen para fomentar el reúso.
“Se debe tener un proyecto llave en mano en el que están todos los activos, procesos y equipos necesarios, para que el agua que sale de la llave al final cumpla con la Norma Oficial 127, en su nueva publicación del 2021. Todos esos equipos, toda su integración, toda su construcción, su arranque y puesta en marcha como un proyecto llave en mano, es lo que ofrece TICSA.
Y lo mismo para el caso del agua residual. Tú tienes una descarga que está contaminada y que tiene que cumplir con una normativa, ya sea la de descarga o la de reúso. TICSA provee todo lo que está en medio, desde el agua contaminada hasta el agua que sale del grifo”.
Colaboración con Pemex
El Gerente de Nuevos Negocios de TICSA, indica que el acuerdo que se tiene con Pemex supone cuatro grupos de interés, que impactan al gobierno, a Pemex, a la propia empresa TICSA y a la población en general.
A grandes rasgos, el proyecto de TICSA con Pemex realiza el saneamiento de agua de toda la ciudad de Tampico; para lo cual se tratan más de un millón de litros por segundo; que se llevan a la calidad de descarga conforme a la nueva norma nueva, la 0012021.
“Por un lado, garantizas el saneamiento del agua y eso significa más agua para la población. Después de ese tren, se adhirió un tren adicional de proceso, que te lleva a una súper calidad, digamos, a un agua ultrapura. Y esa agua de alta calidad se envía a Pemex. Parte de lo que paga la empresa se va hacia el organismo operador, lo cual es un beneficio para el gobierno municipal, porque los organismos operadores son municipales, la obligación del tratamiento de agua en México es municipal.
Y finalmente, hay un beneficio para Pemex, porque el agua que recibe es de mucho mayor calidad de la que tiene extrayéndola directamente de una fuente salobre, porque el agua que recibe ya es ultrapura. Eso hace que se ahorre procesos y se ahorre químicos y el agua finalmente le salga más barata”.
Lo anterior también es un beneficio para TICSA, porque hace la operación de las plantas para la gestión del agua y cobra una pequeña tarifa por ello.
“Todo el mundo gana, hay más agua, sale más barata, el proyecto se ejecuta, está en una concesión a 30 años, con lo cual se logra la continuidad del servicio y disponibilidad para la población”.
La compañía TICSA inició operaciones en México hacia 1983. Después, en 2013 fue adquirido como holding por una empresa colombiana, Grupo EPM, con lo que inició operaciones en el país sudamericano. Actualmente, TICSA posee 160 plantas en México (27 estados) y en el extranjero, tratando el agua equivalente a 16 millones de habitantes.
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