“La tierra está viva”: Lynn Margulis, la bióloga que cuestionó a Darwin
Hoy Lynn Margulis tendría 85 años y sería igual de disruptiva. Durante su vida como bióloga, se enfrentó a los herederos de Darwin, denunció la situación de la mujer en la ciencia y creó una teoría, junto a James Lovelock, que ha empapado la ecología moderna: el planeta está vivo y es capaz de autorregularse
¿Cómo cuestiona a Darwin?
Lynn Margulis desafió las bases de la teoría de la evolución de Darwin, partió de la simbiosis de la mitocondria para desarrollar la teoría endosimbiótica. Con su trabajo, que desarrolló hace 50 años, abrió una nueva ventana para observar la vida, una que hoy es muy aceptada: las células eucariotas y todos sus orgánulos surgieron como consecuencia de procesos de combinación entre diferentes organismos.
En otras palabras, Margulis dijo que la evolución surge de la interacción y la colaboración y no tanto de mutaciones al azar en los genes de los organismos, seleccionadas de forma natural por la competencia entre las especies. Su teoría choca frontalmente con los pilares del neodarwinismo (una teoría ampliada que parte de la evolución de Darwin).
Denunció la situación de la mujer en la ciencia
La controvertida bióloga no sólo se enfrentó a los herederos de Darwin, tildando sus ideas de reduccionistas y simplistas. A pesar de que sus primeros estudios fueron rechazados por las principales revistas científicas. Sino que denunció por todos los medios posibles la situación de la mujer en la ciencia (cuyas ideas eran a menudo descartadas por el simple hecho de ser mujer) y las dificultades de conciliar.
Tras divorciarse por segunda vez (en la primera, estuvo casada con el cosmólogo y divulgador científico Carl Sagan) llegó a decir: “no es humanamente posible ser una buena esposa, una buena madre y una científica de primera”.
Está claro el camino que escogió Margulis: una bióloga de primer nivel que expandió las fronteras de la ciencia y de pensamiento creativo único. Y así fue como, en un momento de su carrera, su camino se cruzó con el de James Lovelock, científico y ambientalista, y juntos dieron forma a una de las teorías más revolucionarias y controvertidas de las últimas décadas: el planeta está vivo.
Gaia, el planeta se autorregula
En los años setenta del siglo pasado, Margulis tenía una duda que le corroía. Sí sabíamos que el oxígeno lo generan los seres vivos y que estos habían sido capaces de alterar la composición de la atmósfera terrestre, ¿por qué suponíamos que la vida no tenía nada que ver con los ciclos de otros elementos como el nitrógeno o el gas metano?
Tras un intenso intercambio de ideas alrededor de esta pregunta, Margulis y Lovelock publicaron su primer artículo juntos en 1974. En él sostenían las bases de la hipótesis de Gaia, que defiende que el planeta es capaz de autorregularse como un ser vivo. Además de que, para ello, las relaciones entre los elementos químicos y la propia vida son esenciales.
La idea de Gaia propone que la vida, a través de sus interacciones con la corteza terrestre, los océanos y la atmósfera, produce un efecto estabilizador en las condiciones del planeta. Sobre todo, en la atmósfera y el clima. Sólo así se explica que la vida haya logrado sobrevivir con éxito a cambios externos de gran impacto. Como las alteraciones en la radiación solar que recibe el planeta o la llegada de un gran meteorito.
El sistema colapsará
Una de las últimas revisiones de Gaia argumenta que la vida siempre altera las condiciones ambientales a su alrededor. Pero esto puede dar lugar a un estado estable. Como el que se creó después de la Gran Oxidación provocando una nueva forma de entender la vida con oxígeno. O a estados desestabilizadores, como los que se produjeron durante las extinciones masivas del pasado.
La vida tiende a regular las condiciones del planeta para hacerlas idóneas para sí misma, pero si se ejerce demasiada presión sobre los límites del sistema, se alcanza un punto de inflexión tras el cual el sistema colapsa y se reorganiza de forma muy diferente. Si la Tierra se autorregula, quizá con el paso del tiempo lo único que termine será lo creado por la vida humana.
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