Utilizan insectos para procesar residuos orgánicos y crear proteínas
ByBug es una empresa chilena que utiliza insectos para procesar residuos orgánicos y transformarlos en proteínas recombinantes que se utilizan para generar nuevos productos e ingredientes
Cuando se piensa en reciclaje, los materiales como los plásticos y los metales suelen ser los primeros que vienen a la mente. Pero los residuos orgánicos tienen valor. A nivel mundial, se desperdician anualmente alrededor de 931 millones de toneladas de alimentos, la mayoría de los cuales terminan en vertederos. Una vez allí, los biorresiduos generan lixiviados que contaminan las capas freáticas, así como emisiones de gases de efecto invernadero. Este es el problema que la startup ByBug espera abordar.
Mosca soldado negra
La empresa utiliza Hermetia illucens, o mosca soldado negra, que se alimenta de materia orgánica en descomposición en su estado larvario. Fundamentalmente, la empresa utiliza técnicas de biología molecular para diseñar larvas con la capacidad de producir proteínas específicas para una amplia gama de casos de uso, desde vacunas hasta enzimas industriales.
La empresa también produce un complemento alimenticio diario para animales domésticos y de granja a partir de larvas secas de mosca negra. Contiene altos niveles de proteínas, vitaminas y minerales, y no contiene antibióticos ni hormonas.
La startup se encuentra en las primeras etapas de desarrollo, pero ya ha validado su tecnología y ha demostrado que es un 60 por ciento más rentable para producir proteínas que los biorreactores tradicionales. También recaudó 1.320.000 dólares en financiación y firmó una serie de memorandos de entendimiento y cartas de intención con socios para validar, probar y comercializar la tecnología.
ByBug todavía enfrenta una serie de desafíos, incluido navegar el panorama regulatorio para ingresar al mercado estadounidense y obtener las aprobaciones de la FDA. Mientras tanto, ha desarrollado ByBug Farms, que son módulos de cría de insectos de 20 pies fáciles de operar. Esto permitirá a las granjas, empresas alimentarias y otros generadores de desechos orgánicos convertir sus desechos orgánicos en productos generadores de ingresos, como harina de insectos y fertilizantes.
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