miércoles, octubre 1

El consumo de plásticos de un solo uso representa uno de los principales desafíos ambientales actuales. Botellas, bolsas, empaques y utensilios desechables suelen utilizarse durante minutos, pero permanecen en el medio ambiente durante décadas.

La reducción de estos plásticos comienza en el hogar, donde las decisiones cotidianas marcan la diferencia. Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, cada persona genera en promedio 50 kilogramos de residuos plásticos al año, gran parte de ellos de un solo uso.

Adoptar hábitos más sostenibles no implica un cambio radical inmediato, sino la sustitución gradual de objetos de corta vida útil por alternativas reutilizables o biodegradables. Esto permite reducir el volumen de desechos y al mismo tiempo ahorrar dinero en el largo plazo.

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Consejos para reducir el consumo de plásticos de un solo uso

Una de las medidas más efectivas es sustituir bolsas de plástico por bolsas de tela, que pueden reutilizarse cientos de veces. De igual forma, cambiar botellas desechables por termos o cantimploras duraderas disminuye considerablemente los residuos.

Los productos de limpieza y de cuidado personal ofrecen también oportunidades de cambio. Reemplazar jabones líquidos envasados por barras sólidas y elegir detergentes concentrados en envases retornables evita múltiples empaques.

La compra a granel es otra opción para reducir el desperdicio de plásticos de un solo uso en casa. Este sistema elimina envolturas innecesarias y permite adquirir solo la cantidad necesaria de alimentos o artículos de higiene.

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Así puedes manejar de forma correcta los residuos

Además de reducir, es importante separar correctamente los desechos. Plásticos como PET y polietileno pueden reciclarse si se entregan limpios y secos. Disponerlos junto con orgánicos o contaminados reduce las posibilidades de recuperación.

Pequeños ajustes en la rutina, como rechazar cubiertos desechables en servicios de comida para llevar o reutilizar envases, fortalecen la cultura de consumo responsable. La suma de acciones individuales contribuye a disminuir la presión sobre rellenos sanitarios y ecosistemas.

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