Pedalear contra la violencia vial, algunos retos como ciclista en México
Irma Zyanya comparte su experiencia como ciclista en la Ciudad de México, donde la bicicleta le ha dado libertad frente a la violencia vial, la inseguridad del transporte público y los retos que enfrentan las mujeres en las calles
En México, solo el 9% de la población utiliza la bicicleta como medio habitual para ir al trabajo o la escuela, aunque el 68% dice preferirla sobre el automóvil. Para Irma Zyanya Gil Yáñez, ciclista de la Ciudad de México, usar la bicicleta refleja una elección individual y una lucha por la libertad en una ciudad donde moverse implica sortear obstáculos económicos, culturales y de seguridad.
“Aprendí a andar en bici ya grande, como a los 10 o 12 años”, relata. Sin embargo, fue hasta su etapa como estudiante en Corea del Sur que comenzó a usarla como medio de transporte diario. “El transporte allá era muy caro, así que me compré una bici. Desde entonces, empecé a moverme así para ahorrar”.
Desde 2010, la bicicleta es una aliada para Irma, y desde hace dos años es su herramienta cotidiana para llevar a su hijo a la escuela y desplazarse por la ciudad. “La bici te da libertad. No dependes del dinero, del tráfico, ni de otros para moverte”, dice. Para las mujeres, ese sentimiento de autonomía se vuelve aún más profundo. “El transporte público está lleno de obstáculos: aglomeraciones, retrasos, y lo más grave, los abusos. En el metro, por ejemplo, era casi diario que hubiera tocamientos”.
Percepción de peligro equivocada
No obstante, la libertad que representa la bicicleta viene acompañada de la violencia vial. Aunque los siniestros viales han generado una percepción de peligro, Irma sostiene que mucho del riesgo radica en la falta de conocimiento vial tanto de automovilistas como de peatones.
“La gente cree que los coches tienen prioridad en la calle, cuando en realidad la pirámide de movilidad pone primero a peatones y ciclistas. Esa idea equivocada nos expone”.
El entorno hostil que enfrentan los ciclistas en la ciudad es generalizado, pero ser mujer añade una capa más.
“Porque es más fácil ponerse al brinco con una mujer, pero si te pones al brinco con un hombre pues el otro te suelta un golpe o así, y como mujer yo creo que les parece más fácil decirte cosas y que te hagas a un lado”.
Irma también reconoce que hay menos mujeres ciclistas porque muchas veces el miedo es mayor, y recibimos una educación de autocuidado mayor por ser mujer, a evitar riesgos sola o para los hijos, a que si usamos vestido no podemos usarla. Pero, la bicicleta también te da la libertad de elegir más rutas de escape si las necesitas, si se presenta un caso de violencia.
Pese a ello, Irma tiene redes de apoyo como el colectivo Ladies Bike, Bici para todas y Red de Morras Cleteras, que ofrecen desde rodadas hasta talleres para aprender a parchar llantas y moverse con seguridad. “Muchos comienzan preguntándose ‘¿y ahora qué hago con mi bici?'”. Estos grupos ayudan a que la gente aprenda, pierda el miedo y descubra nuevas rutas.
“Cada grupo tiene su estilo, hay unos que hacen más rodadas, hay otros que hacen más activismo, hay otros que hacen otro tipo de cosas. Y hay también grupos para hombres, hay grupos mixtos… Sí hay una comunidad ciclista grande”.
El ciclismo en la ciudad y su expansión
A nivel nacional, el panorama ciclista es contradictorio, según la encuesta “El ciclismo en todo el mundo”. Aunque en ciudades como Monterrey más de medio millón de personas han usado bicicleta en una semana, solo 11 mil la emplean de forma regular.
En la CDMX, la expansión de ciclovías y el sistema Ecobici ha elevado un 70% los viajes en bici entre 2018 y 2024. Si bien en lo que va de este año, entre enero y marzo, incrementó ligeramente el uso de la bicicleta respecto a 2024, para abril y junio disminuyó. Las lluvias y el bajo mantenimiento de las bicicletas, estacionamientos y centro de llamadas son algunas de las razones, explican usuarios a través de las redes sociales oficiales de la empresa. Asimismo, Ecobici señala que tan sólo en abril realizaron alrededor de 17 mil ajustes a estos transportes sustentables.
La falta de infraestructura y la percepción de inseguridad son barreras para el o la ciclista. Según datos de la encuesta de Global Advisor mencionada, el 68% de la población considera peligroso trasladarse en bicicleta. Sin embargo, sus beneficios son innegables, pues no emite gases de efecto invernadero, contribuye a la mejora del aire, reduce el tráfico y requiere mucho menos espacio urbano que los autos. Además de ese efecto que todas y todos los ciclistas mencionan: la libertad. El espíritu se libera andando en este transporte.
Gráfica de Estadísticas de Ecobici, periodo enero a mayo de 2024 y 2025.
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