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12 Tips para reducir el desperdicio de alimentos

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12 Tips para reducir el desperdicio de alimentos

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México ocupa el primer lugar en desperdicio de alimentos en Latinoamérica; y el segundo lugar en toneladas de alimento desechado por los hogares, de acuerdo con el Programa del Medio Ambiente de las Naciones Unidas (PNUMA) 

Los alimentos que más se desperdician son el pan y los derivados del trigo. Seguidos de la leche, tortillas, pescado, carne de res, de puerco y de pollo, según información de The Food Thech.

Por ello, te traemos una serie de tips para reducir el desperdicio de alimentos, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Ya que esto somete a nuestros recursos naturales a mayor presión y perjudican nuestro medio ambiente.

Aliméntate más saludable y sostenible

La vida se mueve de prisa, y preparar comidas nutritivas puede ser complicado; pero las comidas saludables no tienen por qué ser elaboradas. En Internet abundan recetas saludables y rápidas que puedes compartir con tus familiares y amistades. Trata de consumir una vez por semana una comida a base de legumbres o cereales “antiguos” como la quinua. Encuentra aquí una forma de conservar tus alimentos.

Compra sólo lo necesario

Planifica tus comidas. Prepara una lista de la compra y evitan las compras impulsivas. No solo desperdiciarás menos alimentos… también ahorrarás dinero.

Selecciona frutas y hortalizas feas

No juzgues los alimentos por su apariencia. A menudo se tiran a la basura frutas y hortalizas magulladas o con formas extrañas porque incumplen unas normas cosméticas arbitrarias. No te preocupes… el sabor es el mismo. Utiliza la fruta madura para preparar batidos, zumos y postres.

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Almacena alimentos con sensatez

Pasa los productos más antiguos a la parte delantera del armario o el frigorífico y coloca los nuevos en la parte trasera. Utiliza contenedores herméticos para mantener frescos en el frigorífico los alimentos abiertos y asegúrate de cerrar los paquetes para que no entren insectos.

Revisa el etiquetado de alimentos

Hay mucha diferencia entre las fechas de “consumo preferente” y “caducidad”. A veces los alimentos siguen siendo inofensivos para el consumo pasada la fecha de “consumo preferente”; mientras que la fecha de “caducidad” indica el momento en que el consumo deja de ser inocuo. Verifica las etiquetas de los alimentos para averiguar si contienen ingredientes no saludables como grasas trans y conservantes; así como evita los alimentos con azúcar o sal añadidos.

Valora las sobras

Sirve en casa porciones más pequeñas o comparte platos más grandes en los restaurantes. Si no consumes todo lo que preparas, utilízalo más adelante; ocupa las sobras como ingrediente de otra comida; o bien, en lugar de tirar las sobras a la basura o esperar a que se conviertan en desechos, haz composta con ellos. De esta forma devolverás nutrientes al suelo y reducirás tu propia huella de carbono.

Respeta los alimentos

Los alimentos nos ponen en conexión a todas las personas. Restablezca la conexión con los alimentos sabiendo del proceso de producción que comportan. Infórmate leyendo de la producción de alimentos y conoce a agricultores cercanos.

Apoya a productores locales

Comprando productos locales, presta apoyo a agricultores familiares y pequeñas empresas de tu comunidad. También contribuyes a la lucha contra la contaminación al reducir las distancias que recorren los camiones y otros vehículos en el reparto. Si quieres apoyar con otros tips al comercio local, lee aquí.

Mantén a flote las poblaciones de peces

Consume especies de peces que abunden más, como la caballa o el arenque, antes que otras que corren peligro de sobreexplotación, como el bacalao o el atún. Compra pescado que se ha capturado o criado de forma sostenible, como pescado provisto de etiqueta o certificado ecológico.

Usa menos agua

No podemos producir alimentos sin agua. Aunque es importante que los agricultores utilicen menos agua para cultivar alimentos, la reducción del desperdicio de alimentos también ahorra todos los recursos hídricos empleados en su producción. Reduce de otros modos el consumo de agua: arregla las goteras o cierra el grifo mientras te cepillas los dientes. Conoce aquí otra recomendación.

Preserva limpios suelos y agua

Algunos desperdicios domésticos son, en potencia, peligrosos y nunca deben echarse a un cubo de basura general. Artículos como pilas, pintura, teléfonos móviles, medicamentos, productos químicos, fertilizantes, neumáticos o cartuchos de tinta pueden filtrarse en nuestros suelos y nuestro suministro de agua perjudicando a los recursos naturales con los que se producen nuestros alimentos.

Compartir es cuidar

Dona los alimentos que de otro modo se desperdiciarían. Por ejemplo, mediante aplicaciones los vecinos pueden conectarse entre sí y con empresas locales para que los excedentes de alimentos puedan compartirse y no tirarse a la basura.

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